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Pese a que la delimitación provincial (Castellón, Valencia y Alicante) es la más conocida y la más habitual cuando se habla del territorio valenciano, la comarcal resultaría mucho más sensata, especialmente a la hora de hablar de la lengua.
Las comarcas, divisiones territoriales mucho menos extensas que las provincias, se establecen por características físicas, pero especialmente por características humanas e históricas, por lo que sus habitantes tienden a tener más cosas en común que los de una provincia.
Nada tienen que ver comarcas como, por ejemplo, la Plana de Utiel-Requena, que pasó a formar parte de Valencia en 1851 y cuyos habitantes son castellanohablantes, con la comarca de la Safor, una de las zonas de predominio lingüístico del valenciano.
Ambas se encuentran, sin embargo, en la misma provincia: Valencia.
Las diferencias más significativas se aprecian en el uso, o no, del valenciano y especialmente en la variedad dialectal empleada.
Este mapa, en cambio, muestra las diferentes variedades dialectales que existen en la Comunidad Valenciana, un mapa que muestra muchas similitudes con el anterior y que ejemplifica que la configuración del territorio por provincias no es, quizás, la más acertada.
Si aún se quiere hilar más fino, este mapa presenta la distribución del idioma por regiones, haciendo una agrupación comarcal según el uso que hacen de la lengua cooficial.